La ecualización en la mezcla

APÉNDICES: LA ECUALIZACIÓN

En la mezcla se suelen emplear varios modos de ecualización. La imaginación es pródiga en cuanto a la variedad de nombres que reciben. Para referirnos a ellos, por llamarlos de algún modo, recurrimos a algunos de los términos que más se repiten; da igual como los llamemos, lo importante es lo que significan:

  • Limpiadora, clínica o “quirúrgica”. Se centra en un solo instrumento o voz o, lo que es lo mismo, en una pista concreta, sin tener en cuenta el resto. El objetivo es buscar y eliminar frecuencias molestas, disonantes o estridentes.
  • Limitadora o definidora de rango. También sobre una pista individual, trata de atenuar o eliminar las frecuencias que no aportan nada porque están fuera de su rango útil. Es decir, encajan el instrumento o voz dentro de su rango correspondiente. Por último, define sus frecuencias más características y las refuerza, si es necesario.
  • Musical, general o global. Tiene como fin la mezcla en sí misma, considerada como una unidad. Persigue la integración de todos los instrumentos y voces para que el conjunto suene equilibrado. Todo vale: Lo importante es la mezcla.

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PISTA A PISTA

Localización y tratamiento de frecuencias sensibles

Lo habitual es comenzar por pistas individuales, de una voz o un instrumento, una a una. Para ello, debemos escuchar atentamente, tomar notas y, por último, decidir si debemos aplicar ecualización o no (no siempre es necesario). A modo de guía, podemos seguir las pautas que se describen a continuación.

Frecuencias extrañas

Son frecuencias que resultan desagradables al oído, en especial si destacan o sobresalen. Normalmente, se trata de armónicos disonantes que han resultado realzados durante la grabación. Eso no significa, a priori, que la grabación sea deficiente, ni que se haya producido algún problema relacionado con el micrófono o con la acústica de la sala. Es necesaria una ecualización “quirúrgica”.

Para localizarlas utilizamos una “Q” de banda muy estrecha con una ganancia alta y, mientras reproducimos la pista, nos desplazamos por el rango útil del instrumento o voz hasta detectarlas. Aquí, el oído ¡y unos buenos monitores! son fundamentales, no existen las fórmulas mágicas.

Una vez localizadas, con la misma “Q” estrecha para no afectar a las frecuencias próximas, reducimos su ganancia al mínimo (Filtro de recahzo o Notch. Ver).

Es obvio que necesitamos un ecualizador que permita trabajar con varios puntos de ecualización (cuantos más mejor) puesto que pueden aparecer varias de estas frecuencias.

Frecuencias fuera de rango

En este caso el objetivo es filtrar todo aquello que no aporta nada, es decir, las frecuencias que quedan fuera del rango útil del instrumento o voz y que, además, ocupan un espacio precioso para otros elementos que sí pueden necesitarlo. Aplicamos una ecualización limitadora o de definición de rango.

Una vez determinado el margen útil del instrumento o voz aplicamos un filtro de paso alto con una curva pronunciada en el límite inferior de los graves o, tal vez, comenzar incluso un poco más adelante.

En el extremo agudo… Podríamos emplear un filtro de paso bajo, de modo similar que para los graves, pero a la inversa; sin embargo, algunos ingenieros prefieren no hacerlo y abren la mano para permitir que los armónicos, más agudos que el límite de frecuencia útil (su nota más aguda), no se corten. Le llaman a eso, dar “aire”. Buena idea.

Frecuencias útiles

Una vez pulidos los defectos de la pista y limitado el margen útil de actuación comenzamos a buscar aquellas frecuencias o rangos de frecuencias que la fortalecen, añaden “presencia” y “vida” a la voz o al instrumento. Definimos su rango útil. (Ver).

Utilizaremos un factor de calidad “Q” ancho, puesto que es más musical, y vamos ensayando mediante la técnica de prueba y error mientras recorremos su rango útil.

Al final, descubriremos cuales son la frecuencias que nos proporcionan lo que queremos y las reforzaremos “con sentidiño” (pensando bien lo que hacemos, diría mi abuela).

Parámetros de ecualización por elementos

No se trata de consejos, ni de recomendaciones. Son algunas frecuencias o rangos de frecuencias que, por sus características y “peso”, son relevantes para el elemento (instrumento o voz).

En el apéndice titulado “La ecualización” se anexa una tabla en la que se listan unos instrumentos junto con sus frecuencias útiles y banda de armónicos principales. Sin embargo, también conviene saber a qué, o cómo, afecta cada frecuencia.

LA VOZ

  • 100 Hz: Aplicar corte con filtro de paso alto con una curva suave
  • 125 – 250 Hz: Rango que contiene la información fundamental de la voz, el timbre característico de cada persona. Reforzar aquí para suene con más cuerpo (aunque no influirá nada en la inteligibilidad)
  • 300 – 1,5 Khz: Rango que concentra casi toda la energía de la voz. (Vocales)
  • 400 – 500 Hz: En las partes de los coros cortamos sobre esta frecuencia para que empasten mejor
  • 500 – 1500 Hz: Para la definición de la voz trabajaremos esta zona
  • 1,5 – 3 Khz: Zona de la inteligibilidad (consonantes). Su refuerzo aporta más claridad, aunque también dureza. Reducir para dar aire y suavidad a voces segundas; permite disfrazar voces fuera de tono
  • 5 Khz: Aumentar para presencia en la voz y favorecer al cantante «insulso»
  • 7 Khz: Recortar para disminuir «s» y sonidos sibilantes (combinar con un compresor De-Esser)
  • 7,5 – 10 Khz: Recortar sobre este rango (pero que no quede sin brillo)
  • 15 Khz: Aumentar para añadir algo de brillo a muestras apagadas u oscuras. Cortar más adelante con un filtro de paso bajo

BATERÍA

BOMBO

  • 45 Hz: Recorte con filtro de paso alto alrededor de esta frecuencia
  • 50 Hz: Agregar más cuerpo. ¡Cuidado!, muy comedidos aquí
  • 80 Hz: Rango de la pegada, por lo que se puede realzar si le falta
  • 250 Hz: Frecuencia que suele chocar con el bajo: Recortar si observamos que se mezclan
  • 200 – 400 Hz: “Color” del bombo. Trabajar mucho aquí: Disminuir unos dB si el sonido es «acartonado»
  • 1 – 5 Khz: Trabajaremos para darle presencia. Sin pasarnos
  • 2 – 5 Khz: Mayor ataque o pegada a bombos graves y opacos
  • 7 Khz: Agrega más pegada a bombos graves, a costa de obtener un sonido más metálico y algo falso

CAJA

—Cada caja es un mundo. Estas, no obstante, son frecuencias importantes—

  • 120 Hz: Recorte con filtro de paso alto
  • 200 – 350 Hz: Aportar cuerpo
  • 250 – 750 Hz: Trabajar mucho este rango para evitar que suenen “acartonadas”
  • 2 – 5 Khz: Resonancias metálicas del arco. Aporta brillo
  • 5 – 8 Khz: Mayor pegada / Pegada más seca
  • 10 Khz: Brillantez. Cuidado aquí

Las cajas son muy difíciles de ecualizar.

TIMBALES – TOMS

  • 100 Hz: Aportar cuerpo
  • 300 – 750 Hz: Recortar para evitar que los timbales suenen acartonados
  • 400Hz: Recortar. Es la zona más propensa a producir sonido “acartonado”.
  • 5 – 7 Khz: Agrega ataque y pegada. ¡Ojo! Puede hacer que suenen metálicos

PLATOS

  • 200 Hz: Disminuir el sonido «gong»
  • 400 Hz: Recortar para reducir el sonido “habitación”
  • 8 – 15 Khz: Rango sobre el que trabajaremos el brillo de los platos
  • 10 Khz: Dureza a platillos
  • 15 Khz: Aumentar el brillo

OVERHEADS

  • 250 Hz: Cortar por debajo para evitar anulaciones de fase. (Ver siguente)
  • 1 Khz: Cortar graves hasta esta frecuencia sólo para captar los platos
  • 8 Khz: Proporcionar más aire

BAJO

No recortaremos nunca en los graves salvo que sature o compita en exceso con el bombo.

  • 50 Hz: Atenuar. Mejor reconocimiento de la línea de bajo o disminuir la “pegada”.
  • 100 Hz: Agregar más cuerpo.
  • 250 Hz: No forzar en esta frecuencia:
  • 400 Hz: Agregar claridad a líneas de bajo:
  • 800 Hz: Aporta claridad y «punch» al bajo:
  • 1,5 Khz: Claridad de púa en bajos eléctricos:
  • 2 – 3 KHz: Más presencia y sonido de púa:
  • 5 KHz: Más «sonido de dedos»:

Guitarras

  • 100 Hz: Agrega cuerpo: Disminuir para reducir “pegada” – Más claridad
  • 200 Hz: Agrega cuerpo (sonido más duro):
  • 150 200 Hz: Como norma general, cortaremos por debajo de aquí para evitar choques de bajo y bombo
  • Este recorte de graves también evitará que la mezcla se enturbie
  • 800 Hz: Mejorar sonido guitarra «barata» :
  • 1,5 Khz: Sonido apagado de guitarras:
  • 3 KHz: Más ataque de guitarra eléctrica/acústica: Disminuir para disfrazar guitarras fuera de tono
  • 5 KHz: Brillo a acústicas débiles u oscuras: Disminuir para suavizar guitarras «flacas», agudas
  • 7 KHz: Aumentar para agregar «filo»:
  • 10 KHz: Brillo típico de las guitarras acústicas:

Otros elementos

En general, suelen estarán recortados en graves para que empasten mejor en la mezcla y no ‘molesten’ al resto.

  • 50 Hz: Cuerpo a los instrumentos de bajas frecuencias:
  • 100 Hz: Dureza a los instrumentos de bajas frecuencias: Más calidez a pianos y vientos
  • 200 Hz: Quitar para menos ‘turbidez’ en instr. de rango medio:
  • 400 Hz: Hay quien recorta de aquí para atrás, con una curva suave. Mejor, con un filtro de paso alto
  • 3 KHz: Ataque en partes de piano bajo. Claridad: Disminuir para proporcionar aire y un sonido más suave
  • 5 KHz: Reducir para “alejar” las partes secundarias:
  • 7 KHz: Agregar «filo» a sintetizadores y piano:
  • 10 KHz: Brillo a pianos:
  • 15 KHz: Brillo a voces, cuerdas y flautas: Hacer los samplers más reales

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LA ECUALIZACIÓN EN LA MEZCLA

A partir de este momento los instrumentos, la voz y cualquier otro elemento pierden su identidad. La mezcla es lo único que importa.

  • Así, si tenemos que cargarnos el “brillo” de una de las guitarras para que la voz se perciba con mayor presencia, lo hacemos.
  • Y si el bombo se come al bajo, recortamos un poco en los graves del bombo (o combinamos con una compresión sidechain).

Todo lo que haga falta para que la mezcla suene bien, equilibrada, como una unidad. El fin último es lograr la mayor sonoridad del conjunto, lo que conseguiremos situando cada frecuencia en su sitio.

Punto de partida

Como punto de partida para que nos ayude a situarnos dentro del rango general tomaremos como referencia un instrumento grave, por ejemplo el bombo, y otro agudo, como un plato o una pandereta.

De este modo, tendremos limitados los extremos de nuestro material de trabajo y será más sencillo acomodar el resto.

La tabla de instrumentos con sus frecuencias incluida en el apéndice “La ecualización” puede sernos muy útil también en esta etapa.

Solución de conflictos

Algunas veces podemos observar un efecto que nos puede sorprender o llamar, cuando menos, la atención.

Hemos realizado un trabajo exhaustivo de ecualización en un instrumento individual. Suena de maravilla. Sin embargo, al escucharlo en conjunto tenemos la sensación de que la mezcla suena con poca claridad, opaca.

Es lo que se conoce como efecto de enmascaramiento. Las frecuencias de distintos elementos se superponen e interfieren entre sí. (Ver concepto en el “Glosario”).

Nuestra labor consiste en detectarlas y distribuir, de nuevo y correctamente, las frecuencias de los instrumentos o voces que chocan de modo que se reduzca dicho efecto.

El bombo y el bajo

  • En las frecuencias graves el bombo y el bajo ocupan el mismo espacio en una zona más o menos amplia.
  • Probamos a incrementar 1 ó 2 dB. en la banda 80 – 120 Hz. para el bajo, o insistir sobre sus armónicos principales. También es útil aplicar técnica de “Doble o mitad” (Ver ‘Apéndices > La ecualización > Introducción‘).
  • Valorar el uso de compresión sidechain.

Varias guitarras

  • Las guitarras ocupan el mismo rango de frecuencias.
  • Recortamos las frecuencias bajas en una y estiramos las altas en la otra.
  • Complementar con un poco de panoramización.

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Tabla de contenido:
Temas relacionados:

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14 comentarios en “La ecualización en la mezcla

    • Hola, Recnovatio:

      ¡Gracias a ti! A ti y a todos los que entran en este sitio para aprender un poco más. Y digo un poco más porque, como ya avanzo en el artículo (post) de bienvenida, Musicalecer nace con pretensiones modestas: ayudar a los que quieren iniciarse en el mundo de la producción musical. En definitiva, en la música y el sonido.

      Si te fijas, cada vez los temas y los artículos relacionados se publican más distanciados en el tiempo. No es por falta de ganas sino por falta de tiempo. Aunque reconozco que, últimamente, es sólo gracias a vuestros comentarios, porque el entusiasmo, a veces, flaquea, no es el que era (no obstante, sí la pasión). De ahí que mi agradecimiento vaya para ti, en particular, y para todos, en general, que me animáis a continuar.

      Gracias, de nuevo.

  1. Pregunto ,, si los intrumentos mas usuales rondan en un maximo – de frecuencias de no mas , de 7 u 8 k hz ,incluso las vocales ,,,por que cortar una mezcla a 15 o 16 asta 20 k hz,,,gracias

    • Hola, Kaio:
      Eso me preguntaba yo antes…
      Haces números y dices: «El LA4 (en la 4ª octava del piano) se corresponde con la «famosa» frecuencia de 440 Hz; el La5, una octava más, serían 880 Hz (el doble), llegando al DO6 rondamos los 1.046,5 Hz (1,05 KHz, aprox.). Y a aquella que cante más alto que esto le permitimos que se considere una diva.
      Pues, entonces, cortamos un poco más arriba y non nos complicamos, que, total, no lo vamos a percibir».

      En cierto modo parece lógico. Sin embargo, cometemos un error de base. Estamos confundiendo el rango de un instrumento o una voz determinados con el sonido que en realidad escuchamos. El rango es, efectivamente, el espacio de frecuencias entre las que se mueve, desde la nota más grave hasta la más aguda. Pero el sonido es mucho más grande: resonancias, vibraciones simpáticas, reverberaciones (el entorno siempre afecta y condiciona); el modo de «alcanzar» la nota, de ahí las distintas coloraturas que caracterizan y clasifican las distintas voces; todos eso sonidos diversos que acompañan al principal y que, al final, lo definen y lo hacen único. Y, claro, el espectro se abre mucho más de lo que es la nota en sí misma.
      [Lamento el rollo. ¡No soy capaz explicarlo de un modo más breve!]

  2. Excelente información eh!!!! me has motivado a poder investigar mas sobre las frecuencias khz ; Solo gente apasionada por la musica hace esto y comparte!!! Te felicito! Dios te Bendiga !

    • Gracias, Fany. Pero, ¡qué exagerados sois! Lo único que lamento es no tener más tiempo para añadir más temas o, al menos, con la misma periodicidad con la que podía hacerlo antes… Y si no desisto es porque recibo muestras de apoyo y ánimo con comentarios como este tuyo.
      Gracias a ti.

    • Hola, Inés:

      Gracias por tus comentarios (también me has dado una alegría en el tema dedicado a «La compresión»).

      Estoy seguro de que, como muchos otros que me escriben, no te imaginas lo mucho que significan unas simples palabras de agradecimiento y de ánimo. Tanto, que a veces son lo único capaz de vencer la sensación de vacío y soledad que me invade. Internet es un poco eso, aunque no lo parezca. Me dicen: Hay alguien al otro lado, alguien que lee y valora lo que haces; merece la pena continuar.

      Y en cuanto a lo de compartir, aunque sólo sean conocimientos (en ocasiones y en mi caso bastante limitados), como bien dices, Inés, ¿qué hay más maravilloso?

      Gracias, Inés.

      • Hola, Inés:
        ¡Que grata sorpresa! Claro que puedes contactar conmigo por correo-e. Esta es la dirección a la que debes dirigirte: musicalecer@outlook.com.

        [Es más, yo mismo, en respuesta a tus comentarios anteriores en «La ecualización en la mezcla» y en «La compresión«, te envié un correo de agradecimiento a la dirección que aparece en la información anexa al autor del comentario (y que no muestro aquí, por supuesto). Es una costumbre que tengo, no sé si buena o mala; pero me parece la mejor manera de agradecer a quienes comentan este trabajo que hago en Musicalecer. Entonces, ¿cómo podría negarme a que me escribas?]

  3. Agradezco infinitamente este post… soy musico autodidacta y anteriormente ya me había interesado en el tema de la EQ pero es tanta la información que hay (tantos números, frecuencias, términos, etc) que nunca me había metido de lleno en el tema. Sin embargo, desde hace poco tiempo por fin me puse serio y he ido probado de poco en poco el utilizar un EQ para mejorar mi sonido en vivo (y en estudio) y debo decir que bien utilizado hace magia.

    Creo que los músicos (sobretodo guitarristas y bajistas) solemos dejar bastante de lado el tema de la ecualizacion pensando que «eso es trabajo de los ingenieros de audio» y solemos darle caña a todas las frecuencias sin ponernos a pensar el como afecta eso a la mezcla. Y nos mal acostumbramos tanto a hacer eso que cuando tocamos en vivo y el ingeniero en turno nos quita graves/medios/agudos o volumen solemos quejarnos amargamente y lo tachamos de incompetente cuando en realidad si nos ha quitado algo se debe a que íbamos sobrados en principio y había que dejarle espacio a cada instrumento… pero eso no muchos lo entienden.

    Con esto quiero decir que en lugar de dejar que otros se ocupen del tema, no está nada mal poner un poco de nuestra parte y aprender aunque sea lo básico del tema ya que podemos lograr grandes cambios positivos en el sonido sabiendo utilizar un simple ecualizador.

    Gracias de nuevo y un saludo al autor.

    • ¡Muchas gracias, Daniel!

      Es muy agradable y anima muchísimo el hecho de saber que, aunque sea un poco, este sitio puede servir de ayuda. ¡Esa es la filosofía e intención primera de Musicalecer!

      Intento ser claro y breve. ¡Qué difícil resulta esta unión en la mayoría de los casos! Además de otras implicaciones, como la cantidad de tiempo que requiere querer contarlo todo pero con pocas palabras, o cuánta información se sacrifica en el intento.
      Y, a veces, recibes comentarios como el tuyo. Gracias.

      ¡Cuánta razon tienes en lo que dices! ¿Cuesta tanto aprender nuevas cosas?

      • No agradezcas, al contrario; soy yo quien debe agradecerte: sé muy bien lo exigente que puede resultar el tener un blog con información útil y precisa y lo difícil que es el explicar ciertos temas. Por eso, creo que es admirable y digno de reconocimiento el que alguien se tome el tiempo para compartir sus conocimientos (y hacerlo) de forma entendible, estructurada y amigable tal y como tú lo haces.

        No tienes idea de lo mucho que tu post me ha ayudado… podrá sonar exagerado o incluso cursi pero, gracias a la información que tuviste a bien compartir, he aprendido cosas que, estoy seguro, llevaré conmigo y pondré en practica por el resto de mi vida:

        Atrás quedaron los días en los que abría un EQ en mi DAW y terminaba decepcionado porque después de toquetearlo un rato, mis tracks terminaban sonando peor que al inicio. Atrás quedaron esos días en los que sentía que había tirado mi dinero invirtiendo en instrumentos que sonaban mal juntos. Atrás quedaron esos días en los que prefería no tocar o intentar mezclar porque sabía que iba a terminar hartándome del bajo emborronado de siempre, las guitarras sin carácter y sin filo de siempre y la batería, con sonido a cajas de cartón, de siempre… todos esos días quedaron atrás: te agradezco infinitamente por eso.

      • ¡Vaya! ¿Y dices que no te lo agradezca? ¡No sabes hasta que punto me sirve de estímulo para continuar! Saber que lo que hago puede ser útil para los demás o, al menos, que encuentren un punto de partida, es la mejor motivación para seguir adelante… (sobre todo en horas bajas).
        Insisto: Muchas gracias.

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